Hoy hace 31 años, nació en Terrassa un niño que con el paso de los años llevaría el nombre de su ciudad por todo el mundo. Aquel bebé era Xavi Hernández, hijo de futbolista, Joaquim, y de Maria Mercè. Poco a poco fue demostrando aquello que se dice que 'de casta le viene al galgo' y, año a año, fue formándose como jugador de fútbol, y de los buenos. "El niño va para crack", bromeaba su padre, que poco a poco fue dándose cuenta de que quizás lo de la broma, al final iba a ir muy en serio.
Con 11 años, y tras destacar en el Terrassa, el Barça se fijó en él. La explosión de júbilo fue tremenda en casa, sobre todo para papá, que había jugado en el Condal, el filial azulgrana. Y así, pasito a pasito, sin hacer ruido, fue perfeccionando su técnica y esa habilidad innata para que nadie le quite la pelota. La culminación de ese trabajo formativo, el debut con el primer equipo, le llegó en Mallorca, con 18 añitos, en agosto de 1998 de la mano de Van Gaal. No imaginaba Xavi que doce años y medio después de su estreno sería ya una leyenda viva del que es 'més que un club', el jugador que ha vestido más veces la camiseta azulgrana por delante de otro mito, Migueli.
En todas esas temporadas, Xavi las ha visto de todos los colores. En sus inicios se le intentó enfrentar con un símbolo, Pep Guardiola, porque también jugaba de 'cuatro'; escuchó críticas veladas por salvar en Valladolid la cabeza de su mentor, Van Gaal; ganó el Mundial Sub 20 en Nigeria (1999) y hasta desestimó una mareante oferta del Milan.
Después llegaron los años negros de Gaspart y Reyna (2000-2003), en los que Xavi no pudo llevarse ni una triste copa a la boca. La llegada de Rijkaard al banquillo y de Ronaldinho a la plantilla reactivó a aquel equipo y le devolvió a la senda de los triunfos, con Xavi como titular indiscutible. En 2006 vivió la cara más amarga del fútbol, una lesión de rodilla que le privó de ser protagonista cuando ganó su primera Champions, lade París. Después llegó la autocomplacencia de aquel vestuario de cracks, que se cortó con la llegada de Guardiola (2008). Y con Pep cayó el triplete primero, el sextete después, una manita de victorias al Madrid y, como guinda, el Mundial con España con un convocatoria plagada de culés. Fijo en las listas de los mayores galardones tras el triunfo en la Eurocopa de 2008 con la 'Roja', Xavi sigue queriendo más.
Mucho placer y mucho dolor
Eso sí, en 2010 y tras un Mundial que le dejó exprimido, sus tendones de Aquiles estuvieron a punto de romperse. Ahí llegó la hora de parar y ponerse en manos del doctor Cugat y las dolorosas infiltraciones de factores de crecimiento. El tratamiento surtió efecto y Xavi llega hoy a su 31 aniversario como titular fijo para Guardiola y Del Bosque y en la cresta de la ola. Con contrato en el Barça hasta 2014 -que puede extenderse hasta 2016-, su meta es seguir ganando Ligas y Champions de azulgrana y llegar al Mundial de Brasil (2014). Hoy, en el vestuario, le cantarán el cumpleaños feliz y mañana el Camp Nou le dedicará una ovación de gala. El domingo lo celebrará con la familia y recibirá de regalo ropa y, quizás, algún aparato de última tecnología. Y Xavi, con sencillez, soplará las velas y seguirá caracoleando. Per molts anys!

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