Robert Kubica se perderá entero el próximo Mundial de fórmula 1, que arrancará el 13 de marzo en Bahréin. El piloto polaco sufrió ayer un tremendo accidente mientras participaba en el rally Ronde di Andora, en la localidad italiana de San Lorenzo, que casi le cuesta la amputación de la mano derecha.
El calvario de Kubica comenzó pronto, a las ocho y media de la mañana, apenas cuatro kilómetros y medio después de tomar la salida del tramo, cuando perdió el control de su Skoda Fabia y se fue directo hacia el guardarraíl. El acero penetró en el habitáculo por el morro, bajo el motor, y le dejó gravemente herido. El coche acabó empotrado contra el muro de una iglesia.
Mientras el copiloto, Jacub Gerber, salió ileso, el corredor de Lotus Renault quedó atrapado dentro del vehículo hasta que los bomberos consiguieron liberarle. Cuando lo hicieron, un helicóptero le trasladó al hospital Santa Corona, en Pietra Ligure, cerca de Génova, en el que se le realizaron una serie de pruebas que dieron paso a un primer parte que su equipo hizo público pasadas las tres de la tarde. Las autoridades de la zona se llevaron el Skoda y lo precintaron a la espera de determinar si algún fallo mecánico pudo influir en los hechos.
"Tras ser sometido a una serie de chequeos, a Robert se le han diagnosticado múltiples fracturas en el brazo, la mano y la pierna derechas", detallaba la nota de Renault. A las cuatro y media, Daniele Morelli, el agente del piloto, confirmó que había entrado en el quirófano sobre la una y que el equipo de doctores que le operaba, dirigidos por Mario Igor Rossello, especialista en cirugía de la mano, se centraba en tratar de restablecerle el riego sanguíneo y la movilidad.
"La mano está viva, aunque todavía deberemos esperar entre cinco y siete días [los que esté en la Unidad de Cuidados Intensivos] antes de saber cómo ha ido realmente la intervención. Además, es probable que debamos volver a operarle", dijo Rossello antes de terminar la operación, que se alargó más de ocho horas. "De cualquier forma, puede que tarde un año antes de recuperar la funcionalidad de la mano", añadió el doctor.
En la sala de espera del bloque de operaciones del hospital aguardaba el copiloto, que ofreció más detalles sobre el accidente. "Estábamos al principio de la primera especial. Miré las notas y no me di cuenta de que el coche derrapó. Cuando chocamos, vi que Robert se sujetaba un brazo y, acto seguido, perdió el conocimiento", explicó Gerber.
Desde que trascendió la noticia, varios de los compañeros de Kubica quisieron mostrarle su apoyo. Fernando Alonso, uno de sus mejores amigos en el paddock, incluso fue a la clínica mientras que otros, como Jenson Button, Heikki Kovalainen o Sebastien Buemi, le enviaban mensajes de ánimo vía Twitter.
Los pilotos mejor situados para ponerse al volante del R31 que queda vacante son el brasileño Bruno Senna y el suizo Romain Grosjean, los reservas de Renault. "Lo que ha ocurrido es extremadamente triste. Estamos en estado de shock", reconoció Eric Boullier, el jefe del equipo, que no quiso entrar a valorar si la escudería debió o no permitir al corredor participar en el rally. "Que haya sido con un Lotus, un Renault o un Skoda no cambia nada. Ha corrido porque le apetecía. No ha habido ninguna directriz a nivel empresarial en ese sentido", analizó Boullier. Y añadió: "Es demasiado pronto para hablar de sustitutos. Sería indecente".
En junio de 2007, Kubica sufrió un pavoroso accidente durante el Gran Premio de Canadá al estrellar su BMW contra un muro a más de 220 kilómetros por hora y solo se partió una pierna. En aquella ocasión únicamente se perdió una carrera (el Gran Premio de Estados Unidos, en el que le relevó Sebastian Vettel). Por desgracia para él, las medidas de seguridad que rodean a la fórmula 1 y a los rallies no tienen nada que ver.

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